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Al hablar de padecimientos de la vista se debe mencionar que no todos se originan directamente en el ojo o en las capas que los conforman, pues en muchas ocasiones estas afectaciones tienen que ver con los músculos, nervios y glándulas que se encuentran alrededor de él.
Como sabemos, para que este órgano funcione de forma óptima debe estar siempre lubricado por distintos fluidos que se encargan de facilitar su movimiento y que a la vez protegen el órgano de organismo externos, suciedad e incluso de la luz.
Una de estas glándulas es el lagrimal, el cual es el principal encargado de la generación de humedad en la parte exterior del ojo, pero que tampoco está exento de sufrir padecimientos que pueden terminar por afectar todo el ojo y con ello el sentido de la vista.
Uno de los padecimientos más comunes es el lagrimal inflamado, lo cual lo puede sufrir cualquier persona de cualquier edad por diversas causas que revisaremos más adelante.
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El lagrimal inflamado se trata de un padecimiento en el que esta glándula se obstruye o infecta, generando una inflamación o abultamiento en la zona, lo cual puede ser doloroso al tacto, generar derrame de fluido y en ocasiones, fiebre y otros síntomas.
La causa más común es que se trate de un lagrimal obstruido. El lagrimal se trata de un conducto por el que la lágrima pasa hasta llegar a la nariz. Si se obstruye, que es un problema que ocurre con relativa frecuencia, la lágrima no tiene por donde drenar, y es por eso que el ojo llora.
Esto evita que el ojo se pueda humectar y tenga una correcta limpieza, lo que favorece que aparezcan conjuntivitis de repetición (ojo rojo, secreciones, etc.). Por otro lado, esto también puede generar una infección denominada como dacriocistitis.
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Existen diversas causas que causan inflamación en el lagrimal. Generalmente se debe a una posible obstrucción de las vías lagrimales (lo que, a su vez, puede tener distintos orígenes). De hecho, si el lagrimal inflamado no se trata correctamente, puede terminar derivando en un quiste en el saco lagrimal, lo que se conoce como mucocele.
También considera que si el lagrimal se inflama frecuentemente, es probable que se trate de una infección del saco lagrimal, también denominada dacriocistitis.
El lagrimal puede estar inflamado como consecuencia de una obstrucción del conducto nasolagrimal. En estos casos, las lágrimas, en vez de drenarse hacia la parte posterior de la nariz, acaban acumulánose.
Dicha obstrucción puede deberse a múltiples causas, aunque en ocasiones no es posible determinar el motivo en concreto. Las más habituales son las siguientes:
En casos en los que el lagrimal permanece inflamado con demasiada frecuencia, es posible que estemos ante un caso de dacriocistitis. Es decir, una inflamación de la glándula que produce las lágrimas por infección.
Esta complicación suele ir acompañada de síntomas como dolor en la zona afectada, fiebre, blefaritis (inflamación de los párpados), eritema en el área del saco lagrimal, conjuntivitis, y un exceso de lágrimas o secreción en la zona de los ojos.
Cuando se habla de un lagrimal inflamado que ha pasado a convertirse en dacriocistitis, lo más habitual es que la causa que se encuentre detrás de este problema tenga un origen infeccioso, ya sea viral o bacteriano.
Algunas de las enfermedades que causan el lagrimal inflamado son llas paperas, el virus Epstein-Barr, o una infección por estafilococo o gonococo.
Dependiendo de la forma en la que se manifieste la dacriocistitis, podemos encontrarnos ante los siguientes tipos de dacriocistitis:
Cuando tienes un conducto lagrimal obstruido, las lágrimas no pueden drenar normalmente, provocando que los ojos estén llorosos e irritados. La afección es causada por una obstrucción parcial o completa en el sistema de secreción lagrimal.
La obstrucción del conducto lagrimal es común en los recién nacidos. Por lo general, la afección mejora sin ningún tratamiento durante el primer año de vida. En los adultos, un conducto lagrimal obstruido puede deberse a una lesión, una infección o, en raras ocasiones, a un tumor.
La obstrucción del conducto lagrimal es casi siempre corregible. El tratamiento depende de la causa de obstrucción y la edad de la persona afectada.
Los síntomas más comunes del lagrimal inflamado y sobre todo de dacriocistitis son:
Cuando se nota dolor en el lagrimal hay que acudir a un especialista oftalmólogo para valorar la mayor o menor gravedad de una posible infección.
No obstante, para evitar que el dolor incremente es importante tener en cuenta algunas recomendaciones como:
El tipo de diagnóstico depende la gravedad de los síntomas y signos encontrados en la exploración del especialista. Requiere una exploración oftalmológica completa y, si es posible, la obtención de un cultivo de cualquier secreción obtenida del punto lagrimal.
En cuanto al tratamiento, la dacriocistitis en su versión aguda requiere un intervención inmediata. En estos casos, es necesario acudir al médico de urgencias para que pueda valorar la situación y realizar una intervención que permita desobstruir el lagrimal y limpiar toda la zona afectada. En el caso de que se haya formado un absceso, será necesario realizar una incisión y drenar la zona.
También cuando el lagrimal inflamado no ha llegado a evolucionar hasta convertirse en dacriocistitis, suele ser recomendable la aplicación de compresas calientes que se deben ir cambiando con cierta frecuencia. Esto se debe a que la aplicación de calor moderado en la zona suele ayudar a facilitar el drenaje del lagrimal obstruido.
El tratamiento para un lagrimal inflamado por causas infecciosas pasará por la administración de medicamentos adecuados a cada tipo de infección. Estos medicamentos solo podrá prescribirlos un médico, por lo que es importante acudir a una consulta de oftalmología ante el menor indicio de que se esté ante un posible lagrimal inflamado u obstruido. (p>
Por otro lado, conviene tener presente que aproximadamente el 50% de los episodios de dacriocistitis aguda acaban convirtiéndose en una obstrucción crónica del conducto nasolagrimal. En estos casos, es imprescindible intervenir para solucionar este problema cuanto antes, ya que posponer la intervención solo conllevará el empeoramiento del cuadro clínico.
Los tratamientos más comunes en el caso de la dacriocistitis son:
Para reducir el riesgo de tener un conducto lagrimal bloqueado, realiza un tratamiento inmediato para los ojos inflamados o con infecciones. En primer lugar, sigue los siguientes consejos para evitar las infecciones en los ojos:
Ciertos factores incrementan el riesgo de bloqueo del conducto lagrimal: