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Diferencia entre oculista y oftalmólogo

Sin duda alguna pocas profesiones se confunden tanto como las relacionadas a la salud de la vista u ocular, pues existen muchos términos que pocos conocen a qué se refieren con exactitud y cuáles son sus diferencias, como lo es el caso de la diferencia entre oculista y oftalmólogo, la cual, posiblemente es la mayor duda de las personas, sobre todo a la hora de buscar un profesional para tratar algún padecimiento o problema de la vista.

Conoce la diferencia de las diferentes especialidades en salud ocular es de suma importancia, pues así sabremos a quién acudir en caso de que tengamos problemas en nuestra agudeza visual, enfermedades en el ojo o queramos someternos a una cirugía láser de ojos o alguna otra intervención.

Por ello en Quitateloslentes.com te contamos todo lo que debes saber sobre la diferencia entre oculista y oftalmólogo o cualquier otro tipo de profesionales dedicados a la salud visual.

De igual forma, en nuestra cínica de oftalmología podrás encontrar todo tipo de profesionales de la salud visual enfocados en ayudarte a resolver cualquier tipo de problema de agudeza visual para dejar de usar lentes o encontrar el tratamiento ideal para ti.

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Realmente existe diferencia entre oculista y oftalmólogo?

Aunque a veces muchos piensan que existe diferencia entre oculista y oftalmólogo y que se tratan de dos profesiones o especialistas de la salud diferentes y que se especializan en distintas ramas, lo cierto es que se trata de dos palabras que son sinónimas, es decir, son la misma profesión.

Ambas palabras o conceptos son utilizados debido a deformaciones de la lengua o términos coloquiales que han dado paso a que se utilicen estas dos palabras distintas que, a consecuencia del desconocimiento general de la gente, parecieran que se refieren a dos especializaciones distintas.

También tiene que ver con el hecho de que existen diferentes especialidades de personas que atienden la salud visual, como lo es el caso de los optometristas, la cual si es una profesión distinta a los oculistas u oftalmólogos.

¿Qué es un oculista?

El término oculista se trata de una palabra usada de forma más coloquial pero que tiene las mismas funciones que el oftalmólogo, además de tener la misma formación.

En este caso, la palabra oculista se forma a partir de oculus, para hablar del ojo, y del sufijo –ista para hablar de profesión. En ambos casos, su finalidad es la de prevenir, diagnosticar y tratar las posibles patologías que afectan al ojo.

¿Qué es un oftalmólogo?

La palabra oftalmólogo se compone de oftalmo, referido en griego al ojo, y logía, para referirse a su estudio o ciencia.

Para contar con esta titulación es necesario cursar el Grado en Medicina, para después especializarse a través del MIR en oftalmología.

¿Qué labores realiza?

Los oftalmólogos u oculistas atienden exclusivamente padecimientos o condiciones en los ojos y en el funcionamiento de estos para poder ver de forma nítida.

Es importante no confundir con los optometristas, que atienden problemas de la vista por medio de la fabricación de lentes con la graduación específica que requiere el paciente para poder corregir los defectos de la vista.

Los principales problemas que atienden los oftalmólogos son:

  • Cirugía Miopía
  • Cirugía Astigmatismo
  • Cirugía Hipermetropía
  • Cirugía Cataratas
  • Cirugía Presbicia
  • Cirugía Pterigión
  • Cirugía Queratocono
  • Desprendimiento de retina
  • Glaucoma
  • Hipertensión ocular

¿Cuándo acudir con un oftalmólogo

Acudir con un oculista no sólo es necesario cuando se tiene un padecimiento o quieres someterte a una cirugía para dejar de usar lentes, sino que es una necesidad constante, como acudir a una revisión médica de rutina o a una revisión y limpieza dental.

Así como ocurre con cualquier padecimiento en cualquier lugar del cuerpo, la mejor forma de prevenirlos o detectarlos a tiempo es acudir a un chequeo regular para que un médico especialista pueda detectar o descartar condiciones de riesgo.

Es por ello que así como tenemos el hábito de acudir a otro tipo de atenciones para nuestra salud o belleza, debemos poner prioridad en uno de los órganos y sentidos más importantes de nuestro cuerpo.

Diferencia entre oftalmólogos y optometristas

Los oftalmólogos se diferencian de los optometristas en su nivel de formación y lo que pueden diagnosticar y tratar. A un oftalmólogo lo encontramos en un ambiente hospitalario, nunca en una óptica. El oftalmólogo es un médico que ha completado la universidad y una especialización médica adicional, por lo que está autorizado para practicar la medicina y la cirugía. Por su parte, un optometrista no es un médico como tal, aunque debe cursar estudios especializados de cuatro o cinco años en optometría.

El óptico-optometrista está formado en la física de la visión (optometría), en los procesos de percepción del ojo y en sus relaciones con actividades como el aprendizaje, el trabajo, el ocio y el entorno tras la realización de lo que actualmente se conoce como Grado en Óptica y Optometría. Además, puede determinar el estado del ojo del paciente y el funcionamiento de las partes del sistema visual que realizan una función acomodativa (el “enfoque” de las imágenes), ocular-sensorial-motora y perceptual.

También puede tratar aquellas situaciones en las que el paciente necesite entrenamiento o adaptación visual, procedimientos preventivos para compensar anomalías visuales y puede detectar (aunque no diagnosticar) posibles enfermedades del ojo, que se remitirán al médico oftalmólogo si fuera necesario.

De igual forma existen ópticos que se encargan de la venta y adaptación de gafas y lentes de contacto y de realizar terapia visual para aquellos pacientes que necesiten un entrenamiento preventivo para compensar anomalías visuales.

¿Cuándo acudir con el optometrista?

El óptico es el profesional médico más indicado para graduar la vista y adaptar gafas y/o lentillas. Además, está capacitado para detectar la mayor parte de las enfermedades visuales y derivar al paciente al oftalmólogo que es quien le tratará empleando medicamentos o realizando algún tipo de intervención quirúrgica.

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Edema Palpebral: Qué es, síntomas y tratamientos

Uno de los padecimientos oculares más comunes de todos es el llamado edema palpebral, el cual como tal es la inflamación de los párpados o incluso de la conjuntiva por acumulación anormal de líquidos.

Se trata de uno de los trastornos más comunes, pues la hinchazón puede desencadenarse por un gran número de factores, por lo que es posible que todos padezcamos esta condición en algún momento.

Sin embargo, existen muchos aspectos de este problema de salud ocular que es importante que tengas en cuenta, por lo que en Quitateloslentes.com te contamos todo lo que debes saber.

¿Qué es un edema palpebral?

Se le conoce como edema palpebral al padecimiento en la zona de los ojos que causa una acumulación anormal de líquido en la parte interna de los tejidos que forman el párpado (pliegue de piel que cubre el ojo).

Esta acumulación anormal de líquido dentro de los tejidos provoca una notoria inflamación de la piel y los párpados alrededor del ojo, lo que ocasiona dolor y problemas para la apertura completa o parcial del ojo (en los casos más graves la imposibilita por completo).

En algunos casos, el edema puede llegar a presentarse en la conjuntiva, ocasionando otros problemas asociados con la vista.

El edema puede presentarse en un sólo ojo como en ambos, además de que la gravedad de la hinchazón puede variar mucho, llegando a ser muy dolorosos o en algunos casos imperceptibles y asintomáticos.

Causas de este padecimiento

El edema palpebral sin duda alguna es uno de los padecimientos del área de los ojos que tiene mayores causas, pues este se puede presentar prácticamente por cualquier tipo de infección o lesión en la zona. Entre las causas más comunes se pueden encontrar:

  • Golpes y traumatismos en el ojo: El edema puede generarse a causa de un golpe o traumatismo en la región del ojo, pues con la ruptura de vasos sanguíneos y otros tejidos o glándulas, se puede acumular bastante líquido en estos pliegues de piel que causen la inflamación. Esta es una de las causas más comunes y la inflamación suele desaparecer al paso de unos días, sin embargo, si esto no sucede así, se debe acudir con un médico experto.
  • Sinusitis:La sinusitis es una inflamación crónica que influye en nariz y ojos. Al existir una inflamación crónica de las fosas nasales, esta puede reflejarse en otras partes de la cara y la cabeza, como es el caso de los párpados.
  • Conjuntivitis: La conjuntivitis es un padecimiento común que implica una inflamación de la conjuntiva (capa exterior del ojo). Esta se produce por infecciones o irritaciones provocadas por el medio ambiente, cuya inflamación se puede extender a los párpados.
  • Blefaritis: La blefaritis se presenta cuando los párpados se inflaman a causa de un mal funcionamiento de las glándulas que se encuentran al margen palpebral. En consecuencia, se acumula líquido en los párpados.
  • Herpes: El herpes es un virus que infecta diferentes tejidos y, entre ellos, también puede hacerlo en el ojo y sus zonas cercanas, lo que provoca el edema palpebral.
  • Alergias: Las alergias provocadas por cualquier agente suelen provocar inflamación de los ojos, irritación y con ello, la hinchazón de los tejidos circundantes.
  • Enfermedad de Graves Basedow: Este padecimiento afecta a la glándula tiroides y provoca una producción descontrolada de hormonas tiroideas que originan un hipertiroidismo e inflamación.
  • Cirugía ocular: Durante la recuperación, es frecuente que se retengan líquidos en la zona cercana a donde se ha llevado a cabo la operación. Lo más común será que estos líquidos sean reabsorbidos de manera natural por el propio cuerpo y, solo en los casos en los que no sea así, será necesario aplicar un tratamiento añadido para su correcta asimilación.
  • Contaminación ambiental: Es una causa muy común la contaminación del aire con partículas pesadas y, de hecho, suelen estar detrás de muchos casos de edema palpebral de aparición puntual. En este sentido, acciones como tomar el sol sin protección pueden ser la causa que lo desencadene.
  • Intoxicación: Al igual que sucede con las alergias, las intoxicaciones por ingesta de químicos, alimentos o agentes dañinos, pueden generar la reacción de inflamación en el rostro.
  • Dacriocistitis: Esta enfermedad se produce cuando se inflama el saco lagrimal de los ojos. Este problema suele implicar también la inflamación de toda la zona anexa al saco lagrimal. También se pueden retener los líquidos en el párpado incluso después de su curación, lo que provocaría la aparición del edema palpebral.

Síntomas del edema palpebral

Los síntomas más característicos de que se padece un edema palpebral son:

  • Inflamación
  • Fiebre
  • Pérdida de agudeza visual
  • Compromiso de los movimientos extraoculares
  • Exoftalmía
  • Dolor ocular
  • Visión borrosa
  • Párpados caídos
  • Lagrimeo
  • Sangrado ocular

¿Quiénes son más propensos a padecerlo?

Personas con lesión o cirugía ocular reciente, enfermedad cardíaca, hepática, renal o tiroidea conocida, y alergias o exposición a posibles alérgenos. Los antecedentes farmacológicos deben señalar específicamente el uso de inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ECA).

Factores de riesgo

En casos graves, el edema palpebral, independientemente de su causa puede generar otros problemas, como:

  • Fiebre
  • Pérdida de agudeza visual
  • Compromiso de los movimientos extraoculares
  • Exoftalmía

¿Cuándo acudir al médico?

Si se nota una hinchazón anormal del párpado, además de dolor u otros signos de alarma y pérdida de visión se debe acudir de inmediato con el médico oftalmólogo y no recurrir a remedios caseros o automedicarse.

¿Cómo se diagnostica el edema palpebral?

  • Para diagnosticar un edema palpebral y sus causas, el oftalmólogo debe buscar síntomas de posibles enfermedades o trastornos que lo generan, que incluyen secreción nasal, prurito, erupción y sibilancias (reacción alérgica sistémica); cefalea, congestión nasal y secreción nasal purulenta ( sinusitis); odontalgia (infección dentaria); disnea, ortopnea y disnea paroxística nocturna ( insuficiencia cardíaca); intolerancia al frío y cambios en la textura cutánea ( hipotiroidismo) e intolerancia al calor, ansiedad y pérdida de peso.

    Deben evaluarse los signos vitales para detectar fiebre y taquicardia, además, la inspección ocular debe evaluar la localización y el color de la hinchazón (eritematosa o pálida), e incluso si está presente en un párpado o en ambos párpados de un ojo o de los dos ojos y si es sensible a la palpación, caliente al tacto o ambos. El médico debe examinar si el hallazgo representa edema palpebral o protrusión del globo ocular (exoftalmía), que es un padecimiento distinto.

    El examen ocular incluye la agudeza visual y el rango de movimiento extraocular. Este examen puede ser complicado cuando la hinchazón es grave, pero es importante realizarlo porque los déficits sugieren un trastorno orbitario o retroorbitario más que un trastorno ocular; puede ser necesario que un asistente mantenga los párpados abiertos.

    También se revisan las conjuntivas para detectar inyección y secreción. Se evalúan las lesiones palpebrales u oculares utilizando una lámpara de hendidura.

    El examen general debe evaluar signos de toxicidad, lo que sugiere una infección grave, y signos de un trastorno causal. Se inspecciona la piel facial para detectar sequedad y escamas y escamas grasosas u otros signos de dermatitis seborreica. Se examinan las extremidades para detectar edema.

    Tratamiento de edema palpebral

    El tratamiento dependerá de la causa del edema palpebral, el cual es recomendado por un médico experto y puede incluir:

    • Prohibir el uso de maquillaje
    • Uso de lágrimas artificiales
    • No frotar o tocar la zona
    • Reducir o eliminar el consumo de sal
    • Aplicación de paños húmedos fríos
    • Medicación y antibióticos

    ¿Se puede prevenir un edema palpebral?

    No utilizar maquillaje ni cremas cosméticas para evitar que el edema se agrave y aumente la inflamación. De igual manera se debe llevar una correcta higiéne y evitar llevar las manos a los ojos para no contraer infecciones.

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    Uveítis: Qué es, causas, síntomas y tratamientos

    El ojo humano es probablemente uno de los órganos más importantes, complejos y delicados que existe, el cual también está sujeto a trastornos inflamatorios que pueden generar una afectación general, como lo es el caso de la uveítis.

    Se trata de una inflamación de la capa media del ojo, la cual puede afectar áreas como la retina, iris, pars y más. Esto representa una amenaza a la visión del paciente e incluso en casos graves puede causar la pérdida completa y permanente de la vista.

    Por ello aquí te decimos cómo identificarla, sus causas, tratamientos y todo lo que debes saber.

    ¿Qué es la uveítis?

    La uveítis es una padecimiento inflamatorio de la capa media del ojo, la cual se encuentra situada entre la esclerótica por fuera y la retina por dentro.

    Esta condición afecta al iris, cuerpo ciliar, la pars plana y/o la coroides del ojo. En ocasiones, por extensión, puede terminar por afectar también a la retina, y con ello provocar problemas visuales o de salud general.

    Las señales de advertencia de la uveítis suelen aparecer de repente y empeorar con rapidez. Estos incluyen el enrojecimiento del ojo, dolor y visión borrosa.

    Tipos de uveítis

    Existen diferentes tipos de uveítis en el ojo las cuales se clasifican dependiendo de la zona que presenta la inflamación. Estas son:

    • La uveítis anterior afecta al interior de la parte frontal del ojo (entre la córnea y el iris) y al cuerpo ciliar. También se llama iritis y es el tipo más común de uveítis.
    • La uveítis intermedia afecta a la retina y a los vasos sanguíneos justo detrás del cristalino (pars plana) así como al gel del centro del ojo (humor vítreo).
    • La uveítis posterior afecta a una capa que está adentro de la parte posterior del ojo, ya sea la retina o la coroides.
    • La panuveitis se produce cuando todas las capas de la úvea se inflaman, desde el frente hasta la parte posterior del ojo.

    Causas

    En aproximadamente la mitad de todos los casos, la causa específica de la uveítis no está clara y el trastorno puede considerarse una enfermedad autoinmunitaria que solo afecta a uno o a los dos ojos. Si se puede determinar una causa, puede ser una de las siguientes:

    • Un trastorno autoinmunitario o inflamatorio que afecta a otras partes del cuerpo, como la sarcoidosis, la espondilitis anquilosante, el lupus eritematoso sistémico o la enfermedad de Crohn
    • Una infección, como la enfermedad del arañazo de gato, el herpes zóster, la sífilis, la toxoplasmosis o la tuberculosis
    • Efecto secundario del medicamento
    • Lesión o cirugía ocular
    • Muy excepcionalmente, un cáncer que afecta al ojo, como el linfoma

    ¿Quién tiene mayor riesgo de presentar uveítis?

    A pesar de que se puede padecer uveítis a cualquier edad, es más común en jóvenes de 22 a 44 años.

    La afección puede ocurrir en uno o ambos ojos, y puede afectar a personas de todas las edades, incluso a niños.

    Factores de riesgo

    La uveítis puede ser grave y provocar la pérdida permanente de la visión, pues afecta diversas capas del ojo. El diagnóstico y el tratamiento temprano es indispensable para prevenir complicaciones y preservar la visión.

    Si no se trata, la uveítis puede causar complicaciones, entre ellas:

    Síntomas de la uveítis

    Los signos, síntomas y características de la uveítis que pueden presentarse son:

    • Enrojecimiento de los ojos
    • Dolor ocular
    • Sensibilidad a la luz
    • Visión borrosa
    • Puntos oscuros que flotan en el campo de visión (moscas volantes)
    • Visión reducida

    Los síntomas pueden aparecer de forma repentina o empeorar con rapidez, aunque en algunos casos, se presentan de manera gradual. Pueden afectar un ojo o ambos. A veces no hay síntomas, y se observan signos de uveítis en un examen ocular de rutina.

    ¿Cuándo acudir al médico?

    Lo más recomendable no sólo para el caso de la uveítis, sino para cualquier sintomatología que se presente en el ojo de forma anormal, es acudir de inmediato con un oftalmólogo experto, el cual podrá identificar y diagnosticar el padecimiento que se presenta, así como recomendar el mejor tratamiento posible de acuerdo a la gravedad y características de la enfermedad.

    ¿Cómo se diagnostica la uveítis?

    La historia clínica y exploración oftalmológica describirán y clasificarán la uveítis en doce patrones clínicos, con medidas de actividad y remisión. Cada uno de esos patrones clínicos se asocia con más frecuencia a unas enfermedades en particular.

    Es muy importante establecer un diagnóstico firme porque ahorra una peregrinación en busca de diagnósticos o tratamientos, mejora la ansiedad que produce encontrarse mal sin saber por qué y permite fijar objetivos realistas.

    Entre los estudios o métodos que se usan para el diagnóstico de la uveítis se encuentran:

    • Evaluación de la visión (con tus gafas si las usas normalmente) y la reacción de tus pupilas a la luz.
    • Tonometría. La tonometría mide la presión del líquido dentro del ojo (presión intraocular). Para esta prueba se pueden utilizar gotas que entumecen los ojos.
    • Examen con lámpara de hendidura. Una lámpara de hendidura es un microscopio que amplía e ilumina la parte frontal del ojo con un haz de luz intenso. Esta evaluación es necesaria para identificar células inflamatorias microscópicas en la parte delantera del ojo.
    • Oftalmoscopia. Este examen, también conocido como fundoscopia, implica ensanchar (dilatar) la pupila con gotas para los ojos y hacer brillar una luz brillante en el ojo para examinar la parte posterior.
    • Fotografía en color del interior del ojo (retina).
    • Tomografía de coherencia óptica. Esta prueba mide el grosor de la retina y la coroides para revelar inflamación en estas capas.
    • Angiografía con fluoresceína o angiografía con verde de indocianina.
    • Análisis del líquido acuoso o vítreo del ojo.
    • Análisis de sangre.
    • Pruebas por imágenes, radiografías, tomografías computarizadas o imágenes por resonancia magnética.

    Si el oftalmólogo cree que una enfermedad no diagnosticada puede ser la causa de la uveítis, es posible que te remita a otro médico para que te realice un examen médico general y análisis de laboratorio.

    Tratamientos

    La iritis y la iridociclitis (uveítis anterior) casi siempre es leve. El tratamiento puede incluir:

    • Gafas oscuras
    • Gotas oftálmicas que dilatan la pupila para aliviar el dolor
    • Gotas oftálmicas con esteroides

    La pars planitis a menudo se trata con gotas oftálmicas que contienen esteroides. Asimismo, se pueden emplear otros medicamentos, incluso esteroides orales, para ayudar a inhibir el sistema inmunitario.

    El tratamiento de la uveítis posterior depende de la causa subyacente. Casi siempre incluye esteroides por vía oral.

    Si la uveítis es causada por una infección generalizada (sistémica), se le pueden dar antibióticos. Es probable que también le den antinflamatorios potentes llamados corticosteroides. A veces, ciertos tipos de medicamentos inmunosupresores son utilizados para tratar la uveítis grave.

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    Chalazión: Qué es, causas, síntomas y tratamientos

    ¿Te ha surgido una bulto o protuberancia en el párpado del ojo? ¿Te causa dolor, se ve inflamado y es indeseable estéticamente? Existen muchas causas, entre las más comunes: Un Chalazión.

    Se trata de un padecimiento relativamente común que puede presentarse en cualquier persona en cualquier edad y momento, el cual, si bien en la mayoría de los casos no representa una amenaza seria para la vista y la salud en general, si debe ser tratado y diagnosticado para descartar otros padecimientos.

    Aquí te contamos todo lo que debes saber sobre el chalalizón, sus causas, síntomas y cómo puedes tratarlo.

    ¿Qué es un chalazión?

    El chalazión se trata de una protuberancia que aparece en los párpados del ojo, ya sea el inferior o superior, presentando una hinchazón visible y molesta para el paciente.

    Esta protuberancia aparece como consecuencia de una acumulación de secreción de grasa en las glándulas de Meibomio, las cuales están ubicadas en el borde de los párpados.

    Se denomina como chalazión cuando no es de origen infeccioso, pues cuando sí lo es, estamos hablando de un orzuelo, el cual es similar pero que presenta diferencias en sintomatología y tratamiento.

    En un inicio puede ser un padecimiento indoloro y con pocos síntomas apreciables, sin embargo, a medida que la inflamación del parpado crece, puede ser incómodo, generar dolor y si crece demasiado, puede ejercer presión sobre el ojo que cause visión borrosa.

    ¿Cuáles son las causas del chalazión?

    Un chalazión es causado por la inflamación y la obstrucción de las glándulas sebáceas de los párpados. Cuando un chalazión es de gran tamaño, puede afectar a la visión, provocando visión borrosa. Si bien la infección puede causar la inflamación u obstrucción que conduce a un chalazión, la lesión en sí es una lesión inflamatoria.

    Síntomas del chalazión

    Un chalazión puede presentarse en el párpado del ojo sin manifestar síntomas más que el abultamiento visible. Sin embargo a continuación detallamos algunos de los que pueden presentarse:

    • Protuberancia en el párpado, que puede volverse roja e hincharse. Este bulto puede ser sensible al tacto.
    • En algunos casos poco comunes, puede hincharse el párpado por completo.
    • Cuando el chalazión es muy grande y hace presión sobre el globo ocular, puede manifestarse visión borrosa.

    Factores de riesgo

    Usted puede perder algunas pestañas o le puede quedar una pequeña muesca en el borde del párpado. Muy pocas veces, un chalazión dejará una pequeña cicatriz en la piel del párpado.

    De igual forma la inflamación puede aumentar la presión ocular (hipertensión ocular), lo cual puede generar visión borrosa y en casos graves y no tratados, hasta complicaciones como el glaucoma.

    ¿Quiénes son más propensos a presentarlo?

    Cualquier persona puede desarrollar un orzuelo o chalazión en cualquier momento de su vida. Sin embargo, es más probable que se presente si presenta los siguientes factores:

    • Tiene blefaritis, un problema que afecta el borde del párpado
    • Ha tenido un orzuelo o chalazión anteriormente
    • Tiene una condición en la piel, como acné rosácea o dermatitis seborreica
    • Tiene diabetes u otros problemas médicos

    ¿Cuándo acudir al médico?

    Lo más recomendable es acudir al médico a penas y se note la protuberancia anormal en el párpado del ojo, ya que si se deja crecer, esta puede comenzar a ocasionar molestias y otras complicaciones que pueden prevenirse con un diagnóstico temprano.

    Por ello, si notas una inflamación anormal o cualquiera de los síntomas, ya sea de chalazión o del orzuelo, lo mejor es que acudas con tu médico especialista para que diagnostique de que se trata, pues es importante mencionar que esta no es la única causa de bultos o protuberancias en el ojo, por lo que más vale descartar otras patologías.

    En caso de enrojecimiento palpebral o dolor se debe consultar con un oftalmólogo ya que son signos que suelen indicar sobreinfección y así poder iniciar el tratamiento adecuado de la manera más precoz posible.

    ¿Cómo se diagnostica?

    El diagnóstico del chalazión siempre será por exploración hecha por un médico especialista. El diagnóstico de chalaziones y orzuelos se basa en los síntomas y en los resultados de la exploración física.

    Tratamientos para el chalazión

    En la mayoría de los casos el chalazión desaparece sin tratamiento en un plazo de 2 a 8 semanas. Si se aplican compresas calientes varias veces al día (por ejemplo, 2 o 3 veces al día, durante 5 a 10 minutos cada vez) puede desaparecer antes. Si la inflamación persiste después de este tiempo o si producen cambios en la visión, el médico puede drenarlo o inyectar un corticoesteroide. Dado que los chalaziones no están causados por una infección, los antibióticos no suelen ser eficaces.

    Otros tratamientos posibles son:

    • Aplicación de calor local para reblandecer el nódulo y permitir el drenaje de las glándulas obstruidas. Se puede realizar con compresas de agua caliente aplicadas durante unos minutos sobre el párpado.
    • Masajes palpebrales con aplicación de calor.
    • Antibióticos y antiinflamatorios en forma de pomada o gotas oftálmicas.
    • Inyecciones de esteroides (cortisona) en caso de hinchazón importante que no desaparece.
    • En casos de chalazión refractario al tratamiento médico se podría utilizar un tratamiento innovador que consiste en la aplicación de luz intensa pulsada (IPL) a nivel palpebral.
    • Cirugía de drenaje para la extracción del chalazión. Esta intervención se realiza en quirófano con anestesia local.

    ¿Se puede prevenir el chalazión?

    Para prevenir la aparición de una chalazión es recomendable mantener una dieta rica en ácidos omega 3, es de gran ayuda.

    Así también guardar una correcta limpieza ocular utilizando toallitas especiales y prestando atención especialmente a la zona interna de los párpados.

    En las personas que sufren trastornos de las glándulas, es necesario que un oftalmólogo mantenga un seguimiento, para prevenir y tratar correctamente los chalaziones.

    Aplicar compresas tibias diariamente, luego frotar el borde del párpado a la altura de la línea de las pestañas puede ayudar a prevenir los chalaziones y los orzuelos. Use toallas de limpieza para los ojos o champú para bebés diluido para hacerlo.

    También es aconsejable:

  • No frotar los ojos. Esto puede irritarle los ojos y dejar pasar las bacterias. Si necesitas tocarte los ojos, primero lávate las manos.
  • Protege tus ojos del polvo y de la contaminación del aire cuando puedas. Por ejemplo, usa lentes de seguridad cuando realice tareas que impliquen estar en contacto con polvo, como rastrillar o cortar el césped.
  • Cambia de maquillaje para ojos, especialmente el rímel, al menos cada 6 meses. Las bacterias pueden crecer en el maquillaje.
  • Si tienes orzuelos o chalaziones a menudo, lávate los párpados en forma regular con un poco de champú para bebés mezclado con agua tibia.
  • Trata cualquier inflamación o infección del párpado de inmediato.
  • Diferencia entre el chalazión y orzuelo

    Generalmente resulta un tanto difícil determinar la diferencia entre un orzuelo y un chalazión.

    El orzuelo es muy doloroso. En general aparece en el borde del párpado y es usualmente causado por una raíz de pestaña infectada. Suele hincharse y a veces afecta a todo el párpado.

    Un chalazión generalmente no es doloroso. Es una protuberancia que generalmente se desarrolla más atrás en el párpado que un orzuelo. Se debe a una obstrucción en la glándula de aceite. Raramente hace que se hinche el párpado entero.

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    Presión ocular: Qué es, cómo se mide y más

    Los ojos del cuerpo humano son uno de los órganos más esenciales y que nos proveen del que para muchos es, quizá, el sentido más importante del que disponemos para percibir nuestro entorno y comunicarnos: La vista.

    Para poder procesar las imágenes con las formas, colores, texturas, movimientos y profundidad, estos órganos cuentan con una compleja cantidad de estructuras con funcionamientos especializados. Seguramente conoces varias de estas, como la córnea, iris, pupila, retina y más.

    Sin embargo, lo que no muchas personas saben es que toda esta estructura tiene otros sistemas que la proveen de sangre y fluidos que ayudan a su funcionamiento óptimo, lo que termina por generar lo que conocemos como presión ocular.

    La presión ocular es, como su nombre bien lo dice, la fuerza de presión a la que están sometidos los ojos y sus componentes, la cual, como sucede en el caso de la sangre, puede ser alta, normal o hasta baja.

    Para que comprendas mejor todo lo que tiene que ver con la presión ocular y cómo puede afectar tu vista y tu salud si llega a no ser normal, aquí te informamos sobre todo lo que debes saber.

    Si quieres mayor información o necesitas acudir con un especialista a revisar tu presión ocular o cualquier otro problema o padecimiento de la vista que presentes, agenda tu cita ahora mismo en Quitateloslentes.com y recibe una primera cita de valoración con descuento especial.

    ¿Qué es la presión ocular?

    Se le conoce como presión intraocular a la fuerza de presión que ejercen los líquidos y fluidos intraoculares contra la pared del ojo, la cual es necesaria para que este órgano se mantenga distendido, en su forma y con el funcionamiento correcto.

    Esta presión depende del flujo de líquidos en el interior del líquido, y generalmente se mantiene estable por el ciclo de secreción y drenaje de estos compuestos a través del ojo, los cuales circulan y se regeneran para mantener la humectación, lubricación y para todo tipo de funciones en las distintas capas del órgano.

    Cuando las glándulas dejan de producir el líquido o cuando hay una obstrucción para el drenado de estos, es cuando puede llegar a haber variaciones que provocan problemas en la vista, dolores e incluso amenazan con otro tipo de padecimientos más graves que amenazan la capacidad visual del paciente.

    ¿Qué provoca la presión ocular?

    La presión ocular, también conocida como presión intraocular o PIO, se trata de la presión que generan los líquidos que se encuentran dentro del ojo.

    El ojo tiene una sustancia gelatinosa conocida como humor vítreo que llena la mayor parte del segmento posterior del ojo. Otro líquido, más acuoso, se conoce como humor acuoso y se encuentra también dentro del ojo. Gran parte del humor acuoso se encuentra en el segmento anterior del ojo, detrás de la córnea y frente al iris. Normalmente, una pequeña cantidad de humor acuoso nuevo entra constantemente al ojo mientras que una cantidad igual es drenada.

    La mayoría del humor acuoso sale del ojo a través del ángulo de drenaje que se encuentra frente al iris. Esta salida de una cantidad igual de flujo mantiene una presión estable.

    Cuando este ciclo se altera, pueden producirse cambios en la presión y con ello, otro tipo de problemas y padecimientos.

    ¿Cuál es la presión ocular normal?

    La presión ocular o intraocular se mide en escala de milímetros de mercurio (lo que usan los termómetros). La presión ocular que se considera normal se encuentra entre 10 y 20 milímetros de mercurio.

    Una visión abajo o por encima de este rango puede significar un riesgo para la vista y la salud ocular en general.

    ¿Cómo se mide la presión ocular?

    Existen diversos métodos para medir la presión ocular. La tonometría está basada en la relación entre la PIO y la fuerza necesaria para deformar la forma natural de la córnea. La medida por aplanación mediante el tonómetro de Goldmann supone el método más fiable y frecuentemente utilizado por los oftalmólogos en su consulta ordinaria. Para ello se necesita anestesiar tópicamente la córnea, y aplicar fluoresceína sobre ella.

    También existen técnicas como:

    • Tonometría por aire
    • Tonometría de Contorno Dinámico de Pascal
    • Analizador de la respuesta ocular (ORA)

    Hay que considerar que existen factores que pueden afectar a la medida de la PIO, como el estado de la córnea, el espesor corneal, el radio de curvatura o el grado de hidratación de la misma, los cuales pueden influenciar la medición.

    Además, llevar prendas de cuello estrecho, corbatas excesivamente apretadas, respiración entrecortada, apretar los párpados o maniobras de Valsalva pueden aumentar erróneamente los rangos de presión.

    ¿Cuándo es muy alta y representa problemas?

    la presión “normal” se encuentran entre 11 – 21mmHg. Cuando se detecta una presión más elevada, se habla de que se sufre de hipertensión ocular y que se debe realizar un tratamiento para evitar el progreso de la enfermedad.

    ¿Cómo se diagnostica?

    Para prevenir la hipertensión ocular o el glaucoma es indispensable someterse a revisiones oculares de forma periódica al menos una o preferentemente dos veces al año, ya que sólo de esta forma es posible detectar la presión ocular elevada.

    Para esto, los oftalmólogos emplean un instrumento llamado “tonómetro”, el cual mide la tensión de fluidos que se encuentran en el interior del ojo y determinan si esta se encuentra dentro de lo normal o por encima.

    Estos tonómetros funcionan a base de aire, en los cuales no es necesario hoy en día que haya contacto directo con el ojo, pues producen una controlada corriente de aire sobre la córnea, midiendo la resistencia de esta capa a la hora de que se aplica una presión externa.

    La presión de aire necesaria para deformar o aplanar la córnea indica la presión existente dentro del ojo, siendo una técnica simple, rápida e indolora.

    Factores de riesgo

    El principal peligro de la hipertensión ocular, además de la pérdida de la vista progresiva en el campo exterior, es el desarrollo de un glaucoma, que como explicamos, es el daño grave e irreversible al nervio óptico.

    No obstante, es importante mencionar que no todos los pacientes con tensión ocular alta desarrollan un glaucoma, y para diagnosticar este, se necesita de un control y exámen exhaustivo de los valores de presión ocular, además de que se debe explorar el nervio óptico con los instrumentos de diagnóstico más avanzados.

    La hipertensión ocular también se relaciona con el desarrollo de otros padecimientos del ojo, como el síndrome pseudoexfoliativo, síndrome de dispersión pigmentaria y el arco corneal.

    Tratamiento para la presión ocular elevada

    Un diagnóstico de hipertensión intraocular temprano es indispensable para que el tratamiento sea exitoso. Para disminuir esta presión ocular elevada y situarla dentro del rango normal, se administran diversos medicamentos y colirios dependiendo de la causa determinada por el especialista.

    También el tratamiento puede ser por medio de láser (trabeculoplastia) y otras intervenciones quirúrgicas que buscan disminuir la presión del ojo. Entre los tratamientos más comunes se encuentran:

    • Trabeculoplastia
    • Ciclofotocoagulación transescleral con láser de diodo
    • Dispositivos de drenaje: válvulas y tubos
    • Esclerectomía profunda no perforante
    • Goniotomía
    • Hipotensores oculares
    • Iridoplastia
    • Iridotomía
    • MIGS (Minimally Invasive Glaucoma Surgery)
    • Trabeculectomía
    • Trabeculostomía con láser excimer (ELT)
    • Goniopunción
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    Clínica oftalmológica: Qué es, servicios y dónde encontrar la mejor

    ¿Sufres de algún padecimiento de la vista o los ojos? ¿Estás buscando un lugar especializado en atender temas visuales o que te ofrezca alternativas al uso de lentes? Existe un lugar: Una clínica oftalmológica.

    Las clínicas oftalmológicas son centros de salud especializados en la atención de los ojos y todos los padecimiento y/o enfermedades que pueden presentar que afectan tanto la visión como la salud general de las personas.

    Conoce aquí todo lo que debes saber acerca de estos centros de salud en México y el mundo, qué servicios brindan y cómo puedes encontrar la mejor clínica oftalmológica cerca de ti.

    ¿Qué es una clínica oftalmológica?

    Una clínica oftalmológica, como mencionamos previamente, es un centro de salud especializado en la atención de padecimientos, enfermedades y problemas en los ojos. Estos problemas pueden amenazar tanto la vista como la salud general del paciente.

    Una clínica oftalmológica tiene la misión de ofrecer todo tipo de atención y tratamientos especializados para poder ayudar a los pacientes a la recuperación de su salud y capacidad visual, ya sea deteniendo trastornos y evitando su evolución, revirtiendolos hasta cierto punto o inclusive en su totalidad.

    Para esto, las clínicas oftalmológicas cuentan con médicos oftalmólogos especializados quienes cuentan con las certificaciones, conocimientos y experiencia para poder diagnosticar, operar o recetar el tratamiento adecuado para cada caso clínico.

    Además, las clínicas de oftalmología también se encuentran equipadas con toda la última tecnología médica de alta precisión para poder realizar todo tipo de intervenciones quirúrgicas de la vista.

    Servicios y atenciones que se brindan en una clínica oftalmológica

    Las clínicas oftalmológicas son centros de salud en los cuales se atienden exclusivamente padecimientos o condiciones en los ojos y en el funcionamiento de estos para poder ver de forma nítida.

    Es importante no confundir con las ópticas, en las cuales se atienden problemas de la vista por medio de la fabricación de lentes con la graduación específica que requiere el paciente para poder corregir los defectos de la vista.

    En las clínicas oftalmológicas se atienden todo tipo de padecimientos de los ojos, como lo son:

    Asimismo en clínicas oftalmológicas más especializadas o con atención a emergencias se pueden tratar otro tipo de condiciones, como desprendimiento de retina, trasplantes de córnea, atención a quemaduras solares, quemaduras por luz o quemaduras químicas en los ojos.

    Beneficios de una clínica oftalmológica vs médicos generales

    • Cuenta con médicos oftalmólogos especializados y certificados
    • Consultas de valoración a bajo costo
    • Atención inmediata agendando una cita o en emergencias
    • Tiempos de espera bastante cortos
    • Precios asequibles y planes de pago
    • Promociones y descuentos exclusivos
    • Amplia gama de opciones de tratamientos
    • Cuentan con tecnología de punta que no está disponible en otros centros de salud
    • La mayoría de las cirugías son ambulatorias y de bajo riesgos
    • Hasta 99% de efectividad

    ¿Cuándo acudir a un centro oftalmológico

    Acudir a una clínica oftalmológica no sólo es necesario cuando se tiene un padecimiento o quieres someterte a una cirugía para dejar de usar lentes, sino que es una necesidad constante, como acudir a una revisión médica de rutina o a una revisión y limpieza dental.

    Así como ocurre con cualquier padecimiento en cualquier lugar del cuerpo, la mejor forma de prevenirlos o detectarlos a tiempo es acudir a un chequeo regular para que un médico especialista pueda detectar o descartar condiciones de riesgo.

    Es por ello que así como tenemos el hábito de acudir a otro tipo de atenciones para nuestra salud o belleza, debemos poner prioridad en uno de los órganos y sentidos más importantes de nuestro cuerpo.

    ¿Cómo encontrar la mejor clínica?

    Elegir la clínica oftalmológica indicada no es tarea fácil, pues hay un gran número de factores que son importantes de tomar en cuenta:

    Pide recomendaciones e investiga opiniones

    Investigar opiniones, calificaciones y reseñas en internet.Es importante que revises tanto los comentarios positivos como los negativos. De igual forma puedes buscar en las redes sociales de la clínica oftalmológica, pues estos espacios también son un buen referente por la cantidad de comentarios y el debate que los usuarios pueden generar.

    Certificaciones y regulación

    Investiga o solicita en la clínica que te muestren los permisos y certificados ante la Secretaría de Salud para operar. Muchas veces los oftalmólogos, así como los médicos generales, tienen sus títulos y cédula profesional a la vista para que los pacientes puedan corroborar que se encuentran ante un experto altamente capacitado.

    Especialidades

    Verifica que en en la clínica oftalmológica ofrezcan el tratamiento y cuenten con los especialistas y aparatos para tratar el padecimiento ocular que presentas.

    Costos

    Compara precios y calidad para elegir la clínica oftalmológica indicada. Una vez que ya has identificado las mejores opciones seguras y confiables elige la que más confianza te brinde.

    Dónde se encuentra

    En muchas ocasiones es recomendable optar por la mejor clínica más cercana a tu domicilio, pues debes considerar que al salir de una intervención es posible que te encuentres cansado o que tengas que tener la vista cubierta, por lo que lo mejor es evitar un largo camino a casa y no exponerse a la luz solar.

    Tecnología y vanguardia

    Asegúrate de que la clínica a la que vas a acudir cuente con la mejor tecnología a la vanguardia y ofrezca los nuevos tratamientos que cada vez son más rápidos, indoloros y efectivos para el tratamiento de los ojos.

    ¿Qué facilidades de financiamiento te brindan?

    Es importante que tampoco descuides tu economía ni te desfalques por obtener un tratamiento oftalmológico, por lo que debes buscar una opción que te permita pagar el tratamiento a plazos, con tarjeta a meses sin intereses o que inclusive te ofrezca soluciones innovadoras como créditos.

    Seguimiento

    Es importante que esta misma clínica que haz elegido se comprometa con dar seguimiento a tu caso aún después de que se ha realizado el tratamiento o la cirugía, de tal forma que se pueda corroborar tu evolución y el éxito (o no) que ha tenido la intervención.

    Compara y encuentra a tu oftalmólogo ideal

    Una vez que ya has tomado en cuenta todos estos tips para elegir una clínica oftalmológica es importante que compares y elijas la que te brinde el mejor trato, precio y calidad.

    ¿Cuánto cuesta atenderse con un especialista en oftalmología?

    Los costos de las atenciones en una clínica oftalmológica varían demasiado y dependen del tipo de tratamiento, grado de complejidad y la tecnología que se va a emplear.

    En Quitateloslentes.com los planes de pago arrancan desde $2,500 (dos mil quinientos pesos) como pago inicial siempre y cuando la clínica lo autorice (varía dependiendo de cada caso).

    ¿Qué servicios no se brindan en la clínica oftalmológica

    • Lesiones o traumatismos en los ojos causados por accidentes
    • Extirpación
    • Quemaduras térmica o químicas
    • Infecciones graves
    • Padecimientos que incluyan otras zonas u órganos relacionados con la vista
    • Problemas en la vista generados por lesiones cerebrales
    • Medicina general

    Recomendaciones para acudir a una consulta

    • Investiga previamente sobre la clínica a la que vas a acudir
    • Asegurate de recibir una primera consulta de valoración en la que te expliquen los tratamientos y costos
    • Programa tu cirugía o tratamiento con tiempo y en días que tengas tiempo de recuperación
    • Si queda lejos, asegurate de tener un transporte de regreso a tu casa seguro y cómodo
    • Asiste con un acompañante que te ayude a llegar a tu casa de regreso
    • No acudas con maquillaje ni ninguna otra aplicación en los ojos o en el área cercana
    • Sigue las recomendaciones específicas de tu oftalmólogo antes y después de la cirugía

    ¿Quiénes trabajan en una clínica oftalmológica?

    En estos centros de salud podrás encontrar a los mejores médicos oftalmólogos altamente especializados en trastornos, problemas y enfermedades de la vista y los ojos, quienes cuentan con los conocimientos, habilidades y capacitación para la realización de cirugías de precisión.

    De igual manera son expertos en el diagnóstico y en recomendar los tratamientos más adecuados para cada paciente.

    ¿Cuál es la mejor clínica oftalmológica en México?

    Quítate los Lentes es la clínica oftalmología más reconocida en México, la cual cuenta con más de 17 años de experiencia realizando cirugías para remediar todo tipo de padecimientos oculares, como la presbicia, astigmatismo, cataratas, hipermetropía y miopía.

    Nuestros oftalmólogos cuentan con la más alta preparación, además de que contamos con el equipo tecnológico más avanzado para la realización de operaciones láser de alta precisión que hacen de las intervenciones procesos rápidos, seguros y exitosos.

    ¿Por qué elegir a Quitateloslentes.com?

    • Contamos con 17 años de experiencia realizando más de 5,000 cirugías al año
    • Operate ahora y paga a cómodas cuotas hasta en 1 año
    • Tratamiento de todo tipo de padecimientos oculares
    • Contamos con la más avanzada tecnología en operaciones láser
    • Precios accesibles y personalizados
    • La operación es ambulatoria y sólo demora unos cuantos minutos
    • No se requiere de tarjeta de crédito ni referencias bancarias
    • Puedes operarte desde los 21 años (depende de valoración profesional)
    • Obtén descuentos o promociones para tu cita de valoración al agendar tu cita aquí
    • Éxito en 99.9% de las cirugías de láser

    ¡Agenda tu cita aquí!

    Para poder darte un costo de cirugía, nuestros doctores deben realizar una valoración previa, ya que el precio varía dependiendo del procedimiento que se le vaya a hacer, por lo que no hay costo específico hasta no tenerla, aunque sí contamos con diversas facilidades de pago.

    Los planes de pago arrancan desde $2,500 (dos mil quinientos pesos) como pago inicial siempre y cuando la clínica lo autorice (varía dependiendo de cada caso).

    Nuestro mayor diferencial es el crédito directo qué otorga la clínica para que el paciente se pueda operar de inmediato (NO REQUIERE DE TARJETA DE CRÉDITO NI REFERENCIAS BANCARIAS) y pueda pagar hasta en 12 meses (se define con el pago inicial, se ve directo en la clínica) armando un plan qué sea cómodo para el paciente.

    Agenda tu primera cita aquí y obtén asombrosas promociones como una consulta de valoración completamente gratuita.

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    Oculoplastia

    La oculoplastia es una cirugía ocular donde ocurre una intervención en las estructuras faciales perioculares (párpados, órbita y vía lagrimal) e incluye una gran variedad de procedimientos médicos y quirúrgicos, mismos que explicamos aquí en Quitateloslentes.com.

    (más…)

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    Pinguécula: Qué es, síntomas y tratamientos

    La pinguécula (pingüécula) es una excrecencia de color blanco amarillento cercana a la córnea, pero que no llega a cubrirla. Este crecimiento puede ser antiestético, pero por lo general no causa ningún problema importante y no es necesario extirparlo.

    Si sospechas que padeces de esta enfermedad, acude ahora mismo a una consulta de valoración en Quitateloslentes.com

    ¿Qué es la pinguécula?

    Tanto el pterigión como la pinguécula son alteraciones benignas y locales de la conjuntiva (mucosa fina y transparente que recubre la parte blanca del ojo).

    Un pterigión es un crecimiento carnoso de la conjuntiva que invade la córnea (“la lentilla” transparente central del ojo.) Es un proceso anormal en el cual la conjuntiva crece hacia la córnea. Puede ser pequeño o crecer lo suficiente como para interferir con la visión
    La pinguécula es un “parche amarillento” o un “bulto” en la conjuntiva, que se observa a simple vista como un grano de arroz, más frecuente en el lado cercano a la nariz. Es un cúmulo benigno de proteínas y de grasa. A diferencia del pterigión, la pinguécula no crece sobre la córnea.

    Ambas lesiones pueden ocupar tanto la parte interna como externa del ojo y, en ocasiones, afectan a ambos.

    Causas de la pinguécula

    Los cambios en el tejido de la conjuntiva son la condición principal para que aparezca una pinguécula. Estas protuberancias se forman generalmente por grasas, calcio y proteínas acumuladas.

    Las causas de la pinguécula no han sido determinadas, pero algunos expertos creen que la exposición frecuente a la luz del sol, el viento, el polvo u otras partículas presentes en algunos ambientes, son los causantes de este problema.

    Por esta razón es importante llevar gafas de sol para proteger los ojos, no sólo en la temporada estival, que es cuando la exposición a los rayos solares es mayor, sino también el resto de meses del año.

    También se ha señalado como causa hipotética al síndrome del ojo seco, una anomalía ocular que favorece estos cambios en la conjuntiva.

    Síntomas

    Los síntomas de la pingüécula y el pterigión pueden variar de leves a graves. Por ejemplo:

    • Enrojecimiento e hinchazón de la conjuntiva, mayormente cuando crece el pterigión
    • Una mancha o protuberancia amarillenta en la parte blanca del ojo
    • Sequedad, picazón y ardor en los ojos. Sensación de arena o gravilla en el ojo.
    • Visión borrosa

    Factores de riesgo

    La pinguécula puede crecer sobre la córnea y bloquear la visión. Cuando esto sucede, el tumor se denomina pterigión. Estas dos afecciones ocurren bajo condiciones similares. Sin embargo, se cree que son enfermedades separadas.

    ¿Cómo se diagnostica la pinguécula?

    Un examen oftalmológico de la superficie ocular basta para identificar un pterigión o una pinguécula. En raras ocasiones es necesario biopsiar la lesión y analizarla con un microscopio para distinguirla de otras lesiones conjuntivales potencialmente malignas.

    Tratamiento de la pinguécula

    Por lo general, la pinguécula no requiere tratamiento ni cuidados especiales, salvo en aquellos casos en que esté asociada a otros problemas visuales. Lo más normal es que desaparezca espontáneamente al cabo de unos días.

    Dependiendo de las características particulares de cada caso, el especialista podrá optar por un tipo de tratamiento u otro. Algunos de los más comunes son los siguientes:

    Pomadas o colirios

    Estos productos solo se utilizan cuando el paciente presenta enrojecimiento o un grado de irritación severo.

    Existen diferentes medicamentos que pueden utilizarse para mejorar o disminuir las molestias causadas por la pinguécula:

    • En algunos casos, bastará con la aplicación habitual de lágrimas artificiales (gotas).
    • Sin embargo, según sea el caso, el oftalmólogo podrá recomendar el uso concreto de un tipo de lágrima artificial determinada, así como pomadas u otros medicamentos más específicos.

    En este sentido, es importante recordar que deberá ser siempre el médico quien establezca el tratamiento, por lo que debemos evitar automedicarnos.

    Cirugía

    La otra alternativa para tratar la pinguécula es la cirugía. La conveniencia o no de este procedimiento dependerá del aspecto de la protuberancia. La cirugía es una opción que se recomienda sobre todo cuando es necesario extirparla, ya sea por el tamaño o las características de la pinguécula en particular.

    Existen tres situaciones en las que los especialistas suelen recomendar este tratamiento:

    • En primer lugar, cuando crece por encima de la córnea y afecta severamente la visión.
    • En segundo lugar, cuando genera molestias de gran envergadura en el día a día.
    • Cuando el paciente presenta una inflamación grave que se mantiene en el tiempo, incluso cuando se han aplicado medicamentos como pomadas o colirios.

    En el caso de tener que llevarse a cabo un tratamiento quirúrgico, este es relativamente sencillo y de carácter ambulatorio, realizándose casi siempre con anestesia local.
    La técnica concreta a utilizar será la que escoja el cirujano, teniendo en cuenta las características personales del paciente y de la lesión concreta a tratar.

    Por desgracia, la pinguécula tiene cierta tendencia a reaparecer en la misma zona donde ha sido detectada la primera vez. Este es un factor que también deberá ser tenido en cuenta a la hora de optar o no por el tratamiento de cirugía, ya que el paciente debe ser consciente de que es posible que, después de la operación, la lesión se vuelva a manifestar. Sin embargo, sí que es cierto que, debido a que su crecimiento es lento, una operación en la que se extirpe la pinguécula, seguida de un tratamiento adecuado para reducir sus efectos, puede llegar a mejorar mucho la calidad de vida del paciente.

    ¿Cómo prevenir la pinguécula?

    Habida cuenta de que la exposición a la radiación ultravioleta es el principal factor de riesgo para el desarrollo de estas lesiones, debe protegerse de tal radiación todo paciente con cualquiera de estas dos lesiones conjuntivales. Para ello debe emplear gafas de sol apropiadas (con filtro de rayos UV).

    Las medidas que usted puede tomar para ayudar a prevenir una pinguécula o evitar que el problema empeore incluyen:

    • Mantener el ojo bien lubricado con lágrimas artificiales
    • Usar gafas de sol de buena calidad
    • Evitar los irritantes oculares
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    Pinguécula: Qué es, síntomas y tratamientos

    La pinguécula (pingüécula) es una excrecencia de color blanco amarillento cercana a la córnea, pero que no llega a cubrirla. Este crecimiento puede ser antiestético, pero por lo general no causa ningún problema importante y no es necesario extirparlo.

    Si sospechas que padeces de esta enfermedad, acude ahora mismo a una consulta de valoración en Quitateloslentes.com

    ¿Qué es la pinguécula?

    Tanto el pterigión como la pinguécula son alteraciones benignas y locales de la conjuntiva (mucosa fina y transparente que recubre la parte blanca del ojo).

    Un pterigión es un crecimiento carnoso de la conjuntiva que invade la córnea (“la lentilla” transparente central del ojo.) Es un proceso anormal en el cual la conjuntiva crece hacia la córnea. Puede ser pequeño o crecer lo suficiente como para interferir con la visión
    La pinguécula es un “parche amarillento” o un “bulto” en la conjuntiva, que se observa a simple vista como un grano de arroz, más frecuente en el lado cercano a la nariz. Es un acúmulo benigno de proteínas y de grasa. A diferencia del pterigión, la pinguécula no crece sobre la córnea.

    Ambas lesiones pueden ocupar tanto la parte interna como externa del ojo y, en ocasiones, afectan a ambos.

    Causas de la pinguécula

    Los cambios en el tejido de la conjuntiva son la condición principal para que aparezca una pinguécula. Estas protuberancias se forman generalmente por grasas, calcio y proteínas acumuladas.

    Las causas de la pinguécula no han sido determinadas, pero algunos expertos creen que la exposición frecuente a la luz del sol, el viento, el polvo u otras partículas presentes en algunos ambientes, son los causantes de este problema.

    Por esta razón es importante llevar gafas de sol para proteger los ojos, no sólo en la temporada estival, que es cuando la exposición a los rayos solares es mayor, sino también el resto de meses del año.

    También se ha señalado como causa hipotética al síndrome del ojo seco, una anomalía ocular que favorece estos cambios en la conjuntiva.

    Síntomas

    Los síntomas de la pingüécula y el pterigión pueden variar de leves a graves. Por ejemplo:

    • Enrojecimiento e hinchazón de la conjuntiva, mayormente cuando crece el pterigión
    • Una mancha o protuberancia amarillenta en la parte blanca del ojo
    • Sequedad, picazón y ardor en los ojos. Sensación de arena o gravilla en el ojo.
    • Visión borrosa

    Factores de riesgo

    La pinguécula puede crecer sobre la córnea y bloquear la visión. Cuando esto sucede, el tumor se denomina pterigión. Estas dos afecciones ocurren bajo condiciones similares. Sin embargo, se cree que son enfermedades separadas.

    ¿Cómo se diagnostica la pinguécula?

    Un examen oftalmológico de la superficie ocular basta para identificar un pterigión o una pinguécula. En raras ocasiones es necesario biopsiar la lesión y analizarla con un microscopio para distinguirla de otras lesiones conjuntivales potencialmente malignas.

    Tratamiento de la pinguécula

    Por lo general, la pinguécula no requiere tratamiento ni cuidados especiales, salvo en aquellos casos en que esté asociada a otros problemas visuales. Lo más normal es que desaparezca espontáneamente al cabo de unos días.

    Dependiendo de las características particulares de cada caso, el especialista podrá optar por un tipo de tratamiento u otro. Algunos de los más comunes son los siguientes:

    Pomadas o colirios

    Estos productos solo se utilizan cuando el paciente presenta enrojecimiento o un grado de irritación severo.

    Existen diferentes medicamentos que pueden utilizarse para mejorar o disminuir las molestias causadas por la pinguécula:

    • En algunos casos, bastará con la aplicación habitual de lágrimas artificiales (gotas).
    • Sin embargo, según sea el caso, el oftalmólogo podrá recomendar el uso concreto de un tipo de lágrima artificial determinada, así como pomadas u otros medicamentos más específicos.

    En este sentido, es importante recordar que deberá ser siempre el médico quien establezca el tratamiento, por lo que debemos evitar automedicarnos.

    Cirugía

    La otra alternativa para tratar la pinguécula es la cirugía. La conveniencia o no de este procedimiento dependerá del aspecto de la protuberancia. La cirugía es una opción que se recomienda sobre todo cuando es necesario extirparla, ya sea por el tamaño o las características de la pinguécula en particular.

    Existen tres situaciones en las que los especialistas suelen recomendar este tratamiento:

    • En primer lugar, cuando crece por encima de la córnea y afecta severamente la visión.
    • En segundo lugar, cuando genera molestias de gran envergadura en el día a día.
    • Cuando el paciente presenta una inflamación grave que se mantiene en el tiempo, incluso cuando se han aplicado medicamentos como pomadas o colirios.

    En el caso de tener que llevarse a cabo un tratamiento quirúrgico, este es relativamente sencillo y de carácter ambulatorio, realizándose casi siempre con anestesia local.
    La técnica concreta a utilizar será la que escoja el cirujano, teniendo en cuenta las características personales del paciente y de la lesión concreta a tratar.

    Por desgracia, la pinguécula tiene cierta tendencia a reaparecer en la misma zona donde ha sido detectada la primera vez. Este es un factor que también deberá ser tenido en cuenta a la hora de optar o no por el tratamiento de cirugía, ya que el paciente debe ser consciente de que es posible que, después de la operación, la lesión se vuelva a manifestar. Sin embargo, sí que es cierto que, debido a que su crecimiento es lento, una operación en la que se extirpe la pinguécula, seguida de un tratamiento adecuado para reducir sus efectos, puede llegar a mejorar mucho la calidad de vida del paciente.

    ¿Cómo prevenir la pinguécula?

    Habida cuenta de que la exposición a la radiación ultravioleta es el principal factor de riesgo para el desarrollo de estas lesiones, debe protegerse de tal radiación todo paciente con cualquiera de estas dos lesiones conjuntivales. Para ello debe emplear gafas de sol apropiadas (con filtro de rayos UV).

    Las medidas que usted puede tomar para ayudar a prevenir una pinguécula o evitar que el problema empeore incluyen:

    • Mantener el ojo bien lubricado con lágrimas artificiales
    • Usar gafas de sol de buena calidad
    • Evitar los irritantes oculares
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    Queratitis: Qué es, síntomas y tratamiento

    Los ojos son órganos sumamente importantes y complejos pero a la vez delicados, los cuales, como casi cualquier parte del cuerpo humano, pueden sufrir padecimientos e infecciones generadas por factores externos. Uno de los trastornos más comunes que podemos enfrentar es la queratitis.

    Se trata de una enfermedad que puede ser causada por factores infecciosos o no infecciosos, la cual afecta principalmente la córnea del ojo, afectando la visión.

    Este padecimiento, como cualquier otro del ojo es sumamente delicado, por lo que si tú o alguna persona que conozcas presentan síntomas es indispensable que agendes una consulta ahora mismo con los oftalmólogos expertos de Quitateloslentes.com

    ¿Qué es la queratitis?

    La queratitis es una inflamación de la córnea, la estructura más anterior y transparente del globo ocular, que puede ser debida a múltiples causas. Si afecta solamente a su parte externa (el epitelio), que es lo más frecuente, se llama queratitis superficial y suele curarse sin secuelas. Por el contrario, si afecta a capas más profundas se trata de una queratitis ulcerativa, menos habitual pero que puede ser muy grave. Cuando deja una cicatriz en la córnea (leucoma), la visión llega a verse severamente comprometida.

    ¿Qué causa la queratitis?

    La queratitis es causada por muchos factores en el ojo. Las causas más frecuentes son:

    • Sequedad ocular: el ojo seco puede provocar lesiones en la córnea. Suele tratarse de lesiones superficiales en forma de puntitos que afectan sobre todo la zona media e inferior de la córnea. En menos ocasiones la sequedad ocular puede provocar lesiones más graves, complicadas de manejar.
    • Víricas: las más frecuentes de este grupo son las queratitis herpéticas. La gravedad de este tipo de queratitis es que cursan a brotes y pueden dejar leucomas corneales residuales importantes que indiquen un transplante de córnea. El diagnóstico y tratamiento precoz con antivíricos es imprescindible.
    • Bacterianas, por hongos, amebas o parásitos: Pueden ser el resultado de una erosión previa que se ha infectado. Los portadores de lentes de contacto están mucho más expuestos a infecciones corneales. Otras veces no hay una causa identificada. Estas queratitis siempre son graves y precisan un diagnóstico rápido y la aplicación precoz de colirios antibióticos reforzados intensivos. En ocasiones la evolución de estas úlceras es muy agresiva y puede dejar secuelas permanentes graves.
    • Lentes de contacto. Utilizar lentes de contacto, especialmente al dormir, aumenta el riesgo de padecer queratitis infecciosa y queratitis no infecciosa. El riesgo típicamente surge de utilizar los lentes de contacto más tiempo de lo recomendado, de desinfectarlos de modo inadecuado o de utilizarlos mientras se nada.
      La queratitis es más común en las personas que utilizan lentes de contacto de uso prolongado o que los utilizan constantemente, que en las personas que los utilizan diariamente y se los quitan a la noche.
    • Inmunidad reducida. Si tu sistema inmunitario está comprometido debido a una enfermedad o un medicamento, corres mayor riesgo de padecer queratitis.
    • Corticoesteroides. El uso de gotas oftálmicas con corticoesteroides para tratar una enfermedad ocular puede aumentar el riego de padecer queratitis infecciosa o empeorar la queratitis existente.
    • Lesión ocular. Si una de tus córneas ha sufrido una lesión en el pasado, puedes ser más vulnerable a tener queratitis.
    • Otras causas: Tóxicos (causticaciones o sustancias irritantes que entran en contacto con el ojo), alergias, queratitis por exposición (cierre anómalo de los párpados, que pueden ser desde queratitis leves a muy graves).

    Síntomas

    Las posibles complicaciones de la queratitis son las siguientes:

    • Inflamación crónica y cicatrización de la córnea
    • Infecciones virales crónicas o recurrentes de la córnea
    • Úlceras abiertas en la córnea (úlceras corneales)
    • Reducción temporal o permanente de la visión
    • Ceguera

    ¿Cómo prevenir la queratitis?

    Previniendo dentro de lo posible las circunstancias que pueden provocarla: si existe ojo seco, lágrimas artificiales, protegerse del sol intenso con gafas, acudir al oftalmólogo ante cualquier traumatismo (lesiones que pueden sobreinfectarse), higiene meticulosa en portadores de lentes de contacto.

    Sin embargo, en muchos casos no existen pautas para evitar la queratitis. Es importante acudir al oftalmólogo ante manifestaciones clínicas como las descritas. Como siempre, el tratamiento instaurado rápidamente hace mejorar el pronóstico.

    Si utilizas lentes de contacto, puedes prevenir la queratitis si los utilizas, limpias y desinfectas de manera adecuada. Sigue estos consejos:

    • Elige lentes de contacto de uso diario y quítatelos antes de irte a dormir.
    • Lávate las manos, enjuágalas y sécalas minuciosamente antes de tocar los lentes de contacto.
    • Sigue las recomendaciones del profesional en salud ocular para cuidar los lentes de contacto.
    • Utiliza solo productos estériles que estén hechos específicamente para el cuidado de los lentes de contacto, y utiliza productos de cuidado hechos para el tipo de lentes de contacto que usas.
    • Frota suavemente los lentes durante la limpieza para mejorar la efectividad de la solución para lentes de contacto. Evita sujetar los lentes con una severidad que pueda causar rasguños en los lentes.
    • Reemplaza los lentes según lo recomendado.
    • Reemplaza el estuche de los lentes de contacto cada tres a seis meses.
    • Desecha la solución en el estuche de los lentes de contacto cada vez que desinfectes los lentes. No coloques solución nueva sobre la vieja que ya se encuentra en el estuche.
    • No utilices lentes de contacto cuando nades.

    Algunas formas de la queratitis viral no se pueden eliminar por completo. Sin embargo, las siguientes medidas pueden controlar la reaparición de la queratitis viral:

    • Si tienes herpes labial o una ampolla herpética, evita tocarte los ojos, los párpados y la piel alrededor de los ojos a menos que te hayas higienizado minuciosamente las manos.
    • Solo usa las gotas para los ojos recetadas por un oftalmólogo.
    • Lavarse las manos con frecuencia previene los brotes virales.

    Factores de riesgo

    Uno de los principales factores de riesgo es el uso de lentes de contacto, sobre todo si no sigues las pautas de uso y medidas de higiene adecuadas, lo que aumenta las probabilidades de que sufras una infección corneal. Es el caso de la queratitis por Acanthamoeba, muy agresiva, que se da en un 80% de las ocasiones en portadores de lentillas (si te bañas con ellas, no las limpias y guardas con los productos adecuados etc.). Además, como medida preventiva básica tanto si eres usuario de lentes de contacto como si no, debes evitar tocarte los ojos sin haberte lavado previamente las manos. De esa manera, bajarán las posibilidades de sufrir queratitis.

    Las posibles complicaciones más comunes son:

    • Hinchazón y cicatrización de la córnea.
    • Úlceras abiertas.
    • Infecciones virales crónicas o recurrentes de la córnea.
    • Inflamación crónica de la córnea.
    • Disminución temporal o permanente de la visión.

    ¿Cómo se diagnostica la queratitis?

    Para diagnosticar certeramente esta enfermedad, ya sea infecciosa o no infecciosa, el médico especialista deberá realizar diversos estudios y revisiones del ojo, como lo son:

    • Examen ocular. Si bien puede resultar incómodo abrir los ojos durante el examen, es importante que el médico pueda examinarlos. El examen incluirá una prueba que evalúa qué tan bien puedes ver (examen de agudeza visual).
    • Examen con una minilinterna. El médico puede examinar tu ojo con una minilinterna para comprobar la reacción, el tamaño y otros factores de la pupila. El médico puede aplicar un tinte en la superficie del ojo para ayudar a identificar la extensión y el carácter de las irregularidades y las úlceras superficiales de la córnea.
    • Examen con lámpara de hendidura. El médico te examinará los ojos con un instrumento especial llamado lámpara de hendidura. Proporciona aumento y una fuente de luz brillante para detectar el carácter y la extensión de la queratitis, así como el efecto que esta puede tener en otras estructuras del ojo.
    • Análisis de laboratorio. El médico puede tomar una muestra de lágrimas o de algunas células de la córnea para hacer un análisis de laboratorio que determine la causa de la queratitis y ayude a elaborar un plan de tratamiento para esta enfermedad.

    Tratamientos para la queratitis

    Existen diferentes tipos de tratamiento para este padecimiento dependiendo la causa de esta.

    Queratitis no infecciosa

    El tratamiento de la queratitis no infecciosa varía según la gravedad. Por ejemplo, en el caso de un malestar leve producido por un rascado en la cornea, las lágrimas artificiales quizás sean el único tratamiento. Sin embargo, si la queratitis produce un desgarro significativo y dolor, es posible que necesites un parche ocular de 24 horas y medicamentos tópicos oculares.

    Queratitis infecciosa

    El tratamiento para la queratitis infecciosa varía según la causa de la infección.

    • Queratitis bacteriana. En la queratitis bacteriana leve, es probable que solo necesites antibióticos en gotas para tratar la infección con eficacia. Si la infección es de moderada a grave, es posible que necesites antibióticos orales para terminar con la infección.
    • Queratitis fúngica. Por lo general, la queratitis causada por hongos requiere gotas oculares antifúngicas y medicamentos antifúngicos orales.
    • Queratitis viral. Si la causa de la infección es un virus, las gotas oculares antivirales y los medicamentos antivirales orales pueden ser eficaces. Otros virus solo requieren atención de respaldo como lágrimas artificiales.
    • Queratitis por acanthamoeba. La queratitis causada por los parásitos diminutos acanthamoeba puede ser difícil de tratar. Los antibióticos en gotas pueden ser útiles, pero algunas infecciones por acanthamoeba son resistentes a los medicamentos. En los casos graves de queratitis por acanthamoeba, puede ser necesario un trasplante de córnea.

    Este tipo de enfermedad no responde a los medicamentos o si causa un daño permanente a la córnea que afecta significativamente la visión, el médico puede recomendarte un trasplante de córnea.

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