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Existen múltiples padecimientos de la vista que pueden terminar por afectar nuestra capacidad visual en diferentes formas y grados. Desde los problemas de refracción como la miopía o astigmatismo, hasta las cataratas o queratoconos y que bloquean nuestra visión en un porcentaje considerable. No obstante, nada es más preocupantes y graves que aquellos problemas que suponen una pérdida de visión en un ojo o ceguera.
A pesar de que este problema puede no ser tan común como los defectos de refracción, lo cierto es que millones de personas en todo el mundo sufren de discapacidad visual o ceguera provocada por múltiples causas, como glaucoma, cataratas, desprendimiento de retina y más.
Es por esto que la pérdida paulatina o abrupta de la vista en uno o más ojos es algo completamente delicado que debe ser tratado con un oftalmólogo profesional de forma inmediata para prevenir el avance del problema y en algunos casos, inclusive dar marcha atrás a esta condición.
Es por ello que en esta ocasión hablaremos sobre la pérdida de visión en un ojo, a qué se debe y cuáles son los tratamientos o las formas de prevenir el riesgo de la pérdida de la vista.
Antes que nada debemos empezar por definir que hay distintos tipos de términos para la pérdida de la vista. En el caso en el que un solo ojo es el afectado se denomina como pérdida de la visión monocular (un solo ojo). Esto se especifica porque hay otras afectaciones o enfermedades que dañan la capacidad visual de ambos ojo, aunque no al mismo grado necesariamente.
Como hemos mencionado en otras ocasiones, existe un gran cantidad de padecimientos visuales que pueden terminar comprometiendo la capacidad de ver del ojo. Esto porque se trata de un órgano sumamente complejo pero a la vez delicado, compuesto por muchas estructuras que son indispensables para la correcta visión.
Cualquier alteración o enfermedad, por mínima que parezca, puede causar problemas en la visión como vista borrosa, manchas, pérdida de percepción de forma y fondo, etc.
En el caso de la pérdida de visión en un ojo, esta generalmente puede deberse a causas como:
Existen diversos síntomas que varían dependiendo la causa de la pérdida de visión en un ojo, además de que estos pueden manifestarse rápida o paulatinamente dependiendo la enfermedad o trastorno.
Entre los síntomas de que un ojo está perdiendo la vista se debe poner especial atención a:
Lo más recomendable es acudir rutinariamente a revisiones con tu oftalmólogo, de tal manera que pueda detectar a tiempo problemas o trastornos que puedan amenazar con una pérdida de visión en un ojo.
De igual forma es necesario siempre atender cualquier problema de visión por más mínimo que sea, pues en caso de dejarlo pasar esto puede agravarse a tal grado que represente la amenaza de pérdida de visión en un ojo.
Acude de inmediato a emergencias o al consultorio del especialista de la vista (oftalmólogo) si experimentas algún síntoma de pérdida de visión en un ojo, tales como dolor de cabeza intenso, dolor en los ojos y visión borrosa. Esto es determinante y puede salvar tu vista o prevenir que se deteriore más.
Para determinar la causa de la pérdida de visión, su oftalmólogo debe:
Pueden ser necesarios otros estudios adicionales en casos más específicos, como estudios de sangre, radiografías, tomografías y más.
Esto dependerá mucho de la causa de la pérdida de visión en un ojo. Muchas veces en casos como las cataratas o queratocono, así como de desprendimiento de córnea, esto se puede solucionar con una cirugía.
Para otros casos como glaucoma es necesario el uso de gotas especializadas para el control de la hipertensión ocular u otro tipo de medicamentos que regulen el funcionamiento del ojo, nervio óptico y cerebro.
Si bien, no hay una receta o tratamiento como tal para prevenir la pérdida de visión en un ojo, lo mejor es estar atentos y prevenir el desarrollo de esta enfermedad acudiendo a revisiones constantes para descartarla.
Toma en cuenta las siguientes recomendaciones:
Todo lo que impida el paso de luz desde el exterior hasta la parte posterior del ojo, o interrumpa la transmisión del impulso nervioso desde la parte posterior del ojo al cerebro, interferirá en la visión. Se define la ceguera como una agudeza visual del 10% o peor en el ojo con mayor agudeza, incluso tras una corrección con gafas o lentes de contacto, o un campo visual restringido a menos de 20º en el ojo con mejor agudeza. Muchas personas consideradas legalmente ciegas distinguen formas y sombras, pero no perciben los detalles normales.