La miopía progresiva es un problema de visión que afecta a millones de personas en todo el mundo. A diferencia de la miopía común, donde la visión borrosa de lejos se estabiliza en la adolescencia o juventud, la miopía progresiva continúa empeorando a lo largo del tiempo.
¿Qué es la miopía progresiva?
La miopía progresiva es una condición ocular en la que la visión a distancia empeora de manera gradual con el tiempo. Mientras que en la miopía común los cambios en la refracción del ojo se estabilizan al finalizar el crecimiento del cuerpo (generalmente en la adolescencia), en la miopía progresiva los pacientes experimentan un aumento en la dificultad para ver de lejos durante la adultez. Esto puede llevar a mayores riesgos de problemas oculares graves en el futuro, como desprendimiento de retina, cataratas o glaucoma.
Este tipo de miopía se mide en dioptrías, y un aumento de más de una dioptría por año suele considerarse un signo de progresión rápida. La miopía progresiva afecta tanto a niños como adultos y requiere un enfoque especializado para su control.
¿Cuáles son las causas de este tipo de miopía mas agresiva?
La miopía progresiva tiene múltiples causas, tanto genéticas como ambientales. Algunas de las principales incluyen:
Factores hereditarios: Si uno o ambos padres tienen miopía, es más probable que los hijos también desarrollen esta condición y que progrese de manera más acelerada.
Exposición prolongada a pantallas y dispositivos electrónicos: El aumento en el uso de computadoras, tablets y móviles ha provocado que muchas personas desarrollen miopía a edades tempranas. Las actividades que requieren enfocar la vista de cerca durante largos periodos pueden contribuir al desarrollo y progresión de la miopía.
Falta de exposición a la luz natural: Diversos estudios sugieren que pasar poco tiempo al aire libre puede ser un factor clave en el desarrollo de la miopía progresiva, ya que la luz natural ayuda a regular el crecimiento ocular.
Factores ambientales y educativos: Los niños que pasan más tiempo estudiando o realizando actividades en interiores tienen mayor riesgo de desarrollar miopía progresiva.
¿Cuáles son los síntomas de la miopía progresiva?
Los síntomas de la miopía progresiva son similares a los de la miopía común, pero con una notable tendencia a empeorar con el tiempo. Algunos de los síntomas incluyen:
Visión borrosa de lejos: El síntoma principal de la miopía es la dificultad para ver objetos a larga distancia.
Necesidad de cambiar frecuentemente de gafas o lentes de contacto: Si notas que tus gafas o lentes ya no te sirven correctamente tras pocos meses o un año, es una señal de progresión de la miopía.
Fatiga visual: Las personas con miopía progresiva suelen sentir fatiga en los ojos después de leer o usar pantallas por periodos prolongados.
Dolores de cabeza frecuentes: Las dificultades para enfocar objetos lejanos pueden causar dolores de cabeza por el esfuerzo ocular.
Si experimentas uno o más de estos síntomas, es importante acudir al oftalmólogo para un examen visual completo.
¿Qué tratamientos existen para la miopía agresiva?
Controlar la miopía progresiva es fundamental para evitar complicaciones futuras. A continuación, se presentan algunas de las opciones de tratamiento más comunes:
Lentes de contacto orto-k: Estos lentes se usan durante la noche para moldear temporalmente la córnea y corregir la visión durante el día sin necesidad de gafas o lentes de contacto. Han demostrado ser efectivos para reducir la progresión de la miopía en niños.
Gafas bifocales o multifocales: Estas gafas permiten ver con claridad tanto de cerca como de lejos y se utilizan en algunos casos para reducir el esfuerzo ocular que contribuye a la progresión de la miopía.
Atropina en gotas: El uso de bajas dosis de atropina en colirio ha mostrado ser eficaz para ralentizar el avance de la miopía, especialmente en niños.
Lentes de contacto blandos multifocales: Estos lentes ayudan a reducir el esfuerzo visual a diferentes distancias, disminuyendo la progresión de la miopía.
¿Se puede detener o prevenir la miopía degenerativa?
Aunque no siempre es posible detener la miopía progresiva, hay varias formas de ralentizar su avance, especialmente si se toman medidas a tiempo:
Pasar más tiempo al aire libre: Diversos estudios sugieren que la exposición a la luz natural al menos 1-2 horas diarias puede reducir el riesgo de progresión de la miopía en niños.
Reducir el uso de pantallas: Limitar el tiempo que se pasa frente a dispositivos electrónicos y alternar con descansos visuales puede ser beneficioso.
Aplicar la regla 20-20-20: Esta regla sugiere que por cada 20 minutos de trabajo visual de cerca, se debe mirar algo a 20 pies (6 metros) de distancia durante al menos 20 segundos para dar descanso a los ojos.
Uso de lentes adecuados: El uso de gafas o lentes de contacto específicamente diseñados para la miopía progresiva puede ayudar a controlar su avance.
¿Qué riesgos están asociados con la miopía agresiva no tratada?
Dejar la miopía progresiva sin tratar no solo afecta la calidad de vida al dificultar la visión a distancia, sino que también puede aumentar el riesgo de complicaciones graves a largo plazo, como:
Desprendimiento de retina: Las personas con miopía alta tienen un mayor riesgo de que la retina se despegue del ojo, lo que puede llevar a la ceguera si no se trata de inmediato.
Glaucoma: La miopía progresiva aumenta las posibilidades de desarrollar glaucoma, una enfermedad que daña el nervio óptico y puede provocar pérdida de visión irreversible.
Cataratas prematuras: Las personas con miopía alta pueden desarrollar cataratas antes que aquellas con visión normal.
Maculopatía miópica: Esta es una condición en la que se daña la mácula, la parte central de la retina, lo que afecta gravemente la visión central.
¿Cómo afecta la miopía progresiva a la calidad de vida?
La miopía progresiva no solo impacta la salud visual, sino también la calidad de vida en general. Las personas que padecen esta condición pueden experimentar:
Limitaciones en actividades diarias: La dificultad para ver de lejos puede dificultar tareas simples como conducir, ver señales o disfrutar de deportes y actividades al aire libre.
Mayor dependencia de gafas o lentes de contacto: A medida que la miopía progresa, es posible que las personas necesiten lentes cada vez más fuertes o frecuentes ajustes en su corrección visual.
Ansiedad y frustración: Para muchos, la progresión de la miopía puede generar preocupación por las posibles complicaciones o la pérdida de visión.
Lo importante es ver un profesional para revisar una posible miopía degenerativa
La miopía progresiva es una condición que requiere atención y tratamiento especializados para evitar complicaciones graves en el futuro. Si bien no siempre es posible detener completamente su avance, existen diversas estrategias y tratamientos efectivos que pueden ayudar a ralentizar su progresión. Es importante mantener un control regular con el oftalmólogo y adoptar hábitos saludables para cuidar la visión a lo largo del tiempo.