El nervio óptico es el responsable de transmitir las imágenes al cerebro desde los ojos a través de las fibras nerviosas que lo componen. En el caso de la atrofia óptica, algo está interfiriendo en la transmisión de estos impulsos y la visión se ve afectada.
Los síntomas vinculados a la atrofia del nervio óptico son los siguientes:
Como decíamos, casi siempre la causa que motiva la atrofia es una enfermedad subyacente sin tratar. En concreto, podemos hablar de las siguientes:
También es posible que se deba a una formación inadecuada del nervio óptico; es decir, estaríamos ante un problema congénito (que ocurre desde el mismo nacimiento).
Enfermedad de Leber. Estamos ante una enfermedad hereditaria y neurodegenerativa que daña el nervio óptico y que se manifiesta con una pérdida repentina de la visión.
El nervio óptico también puede sufrir daños a causa de un shock, toxinas, radiación y traumatismos.
Ante cualquiera de los síntomas descritos, debemos acudir al oftalmólogo para que valore nuestro caso. El especialista puede realizar alguna de las siguientes pruebas diagnósticas:
Examen del fondo de ojo a través del oftalmoscopio para valorar el grado de afectación del disco óptico, el punto por el que el nervio óptico accede al sistema visual.
Desafortunadamente, los daños que causa la atrofia del nervio óptico son irreversibles y la visión puede no recuperarse. En estos casos, es importante que el problema no progrese y, especialmente, que no afecte al otro ojo.
Aunque, como hemos dicho, las consecuencias de este problema son irreversibles, es importante determinar y tratar la enfermedad que lo ha ocasionado. De esta manera, impediremos que aumente el deterioro visual e, incluso, que el mismo problema afecte al otro ojo.
Sin embargo, sí que es cierto que podemos prevenir este problema ocular siguiendo una serie de consejos.
Vamos a verlos a continuación:
Las revisiones periódicas de los ojos también nos ayudarán a detectar de una forma precoz cualquier caso de glaucoma. No olvidemos que es una enfermedad ocular muy grave que puede dejarnos ciegos.
El tipo de pérdida de la visión provocada por los daños en el nervio óptico y su gravedad dependerá de la parte del nervio que se haya visto afectada por el problema.
En general, una persona con el nervio óptico dañado percibirá:
El nervio óptico puede estar dañado por el resultado de diferentes procesos: